Sunday, September 21, 2008

Armadillo II

Vaya desde aquí un mea culpa ab imo pectore para los lectores (si es que hay alguien aparte de mi madre y mis vecinos de blog que me lea) por la ausencia que registré en las pasadas semanas. Tristemente, una causa de salud me mantuvo en horrible situación. A veces, la mente quiere pero el cuerpo no puede y eso es bien frustrante. Así pues, retomo mi opinión sobre Armadillo de William Boyd.

Si es una buena novela, sí vale la pena leerla. Pese a que el ritmo y la estructura son totalmente diferentes de cualquier novela latinoamericana, el libro es bueno. Con ese ácido e incomprensible "sentido del humor británico" (si es que existe tal cosa) la ironía y a veces la crueldad abundan, pero a modo de contribución al cuadro total del libro. De repente da risa, y a ratos amargura kafkiana. Bien por Alfaguara, apostando a una variedad de obras de distintos colores, sabores, orígenes e idiomas. Bien por arriesgarse con excelentes traducciones (Eva Cruz y Beatriz Marín) como Armadillo, sabiendo que a veces, el mercado de lectores en México prefieren los libros para auto-estimas adoloridas.



Armadillo, Armadillo... Independientemente de que la historia es extraña per se, tiene algunas verdaderas joyas, estratégicamente colocadas en algunos capítulos:



389. Serendipia. De Serendip, uno de los antiguos nombres de Ceilán, hoy Sri Lanka. Un término acuñado por Horace Walpole, que lo había inventado basándose en un cuento popular, cuyos portagonistas estaban siempre haciendo descubrimientos de cosas sobre las que no estaban investigando. Ergo: Serendipia, la facultad de hacer, accidentalmente, felices e inesperados descubrimientos.

¿Así que qué es lo contrario de Serendipia, una tierra del sur de especias y calor, frondosos pastos, colibríes, baños de mar, baños de sol? Piensa en otro lugar muy al norte, desierto, helado, frío, un mundo de piedra y pedernal. Llámalo Zembla. Ergo: Zemblania, lo contrario de Serendipia, la facultad de hacer deliberadamente infelices, desafortunados y esperados descubrimientos. Serendipia y Zemblania, los polos gemelos del eje sobre el cual giramos. El libro de la transfiguración.



Con toda honestidad, querido lector, ¿Cuántas veces estámos en Serendipia por "azares del destino" y cuantas, deliberada y decididamente estamos en Zemblania? es decir, jodiéndole la vida a los demás por puro placer y por lo tanto, encontrándonos con lo que hemos estado buscando? Hay tanto que descubrir y asimilar que solo puedo decir, Lean Armadillo, es como una droga, la reacción que causa es distinta en cada quien. Solo le deseo, querido lector, ¡Que tenga un buen viaje!

No comments: