Sunday, November 1, 2009

El Viajero del Siglo -- Andrés Neuman

El viajero del Siglo – Andrés Neuman

Esta novela fue galardonada con el Premio Alfaguara 2009.


Ubicada en la época de la invasión Napoleónica, la historia gira alrededor de Hans, un tipo que viaja con la idea de “iniciar de nuevo” en cada lugar al que llega. Prácticamente un aventurero. Llega a Wandenburgo (juego de palabras en alemán que significarían “Pueblo Viajero”) empieza a convivir, a intentar meterse en la sociedad reducida del ayuntamiento, hasta que es invitado por el señor Gottlieb, patriarca de la familia de dos, él y su hija Sophie, quien se dedica a organizar tertulias en su salón los viernes.

Sophie esta comprometida con Rudi Wilderhaus, (Casa Salvaje en alemán supongo intentando hacer una burla de la clase privilegiada a la que pertenece el personaje) cuenta con la anuencia de su padre, ya que el no es financieramente viable y un joven rico es precisamente quien podría asegurarle un futuro mejor a su hija, ya que a pesar de venir de una buena familia, el padre de Sophie sabe que su dinero se está acabando y desea dejar a su hija “bien casada” para asegurarle un buen futuro.

Hans pasa tiempo filosofando en compañía del organillero, quien vive en una cueva y cuyo nombre jamás sabremos, solo es el organillero a diferencia de su perro que si merece un nombre y es Franz, y sus compinches Reichardt quien se dedica a diversos trabajos agrícolas y de transporte y Lamberg, quien es un obrero en la fabrica del explotador Gelding (Geld en alemán es dinero, entonces este es otro juego de palabras)

Hans, el viajero y aventurero se dedica entonces, a acosar y perseguir a Sophie, sabiendo que ella está comprometida con Rudi. La engancha con la idea de que la necesita para que le ayude a hacer traducciones, del alemán al francés y demás en la pensión del señor y la señora Zeit. En su repugnante plan con maña, el aventurero Hans, le empieza a pedir traducciones de poesía erótica y continúa con su acoso. Se entiende que para el es un reto, como suelen decir, el fruto prohibido es el más sabroso y el persigue a la presa porque el simple hecho de perseguir le brinda un objetivo que alcanzar.

No pasa mucho tiempo hasta que Sophie sucumbe ante los encantos de Hans y se acuestan, sumergiéndola de manera alevosa en un mundo de erotismo, evidentemente desconocido para ella. Entonces el autor nos receta muchas paginas que intentan ser eróticas y resultan repugnantes y horrendas al ser una constante alusión a pelos y olores por todos lados. Definitivamente, no cumplen con su objetivo.

Llega el momento de veranear, pero el padre de Sophie ya no tiene dinero para llevarla y no es hasta ese momento en que Rudi, quien si se va de veraneo vuelve para encontrarse con que los amantes ya son motivo de escándalo. Sus constantes encuentros en la posada donde el único huésped es Hans, sus apasionados encuentros escandalosos cuando el resto de las habitaciones están vacías, dejan que todos se enteren de la relación que ya es un escandalazo, sus constantes cartas y ardientes recados llevados y traídos por Lisa, la hija del posadero Zeit acrecientan las habladurías del pueblo.

Rudi si está enamorado de ella y le hace saber que sigue dispuesto a casarse con ella si ella niega todo lo que la gente dice y que está dispuesto a perdonarla, pero Sophie está intelectualmente muy avanzada para su época y decide no aceptar el perdón ofrecido por Rudi.

Un personaje interesante, en mi opinión por lo contrastante de su personalidad es precisamente el Profesor Mietter, quien se supone es una eminencia en conocimiento y filosofía y a quien Hans disfruta contradecir para lucirse con Sophie en las tertulias de los viernes, este respetado profesor, resulta tener una personalidad oculta, macabra y malvada se pone capa y máscara y ataca y viola mujeres en el pueblo. Sophie no escapa a sus intenciones, pero no logra consumar su vil acto, y la deja escapar porque no quiere que se terminen las reuniones de los viernes. ¿Interesante no? Un violador con control…

La novela no termina bien. El aventurero Hans una vez satisfecho, decide que es momento de seguir su viaje y sin miramientos abandona a Sophie, quien a su vez, no nos despierta lástima alguna porque en un afán de pseudo feminismo, se la ve en una escena final esperando una diligencia que la llevará a otro lugar, para empezar de nuevo, donde nadie la conozca o sepa de sus desventuras. El padre obviamente siente su fracaso y ruina al percatarse de que en su afán por asegurar el futuro de su hija, solo logró atraer a una runfla de perdedores que terminaron con su sueño y el futuro de su hija.



CONCLUSION

De trama simple y hasta sosa, el autor utiliza las conversaciones en el salón de Sophie como escusa para discutir y dar puntos de vista acerca de temas tan variados como el comunismo, la poesía, la filosofía, la ética, la moral, etcétera. Así pues, se avienta como cuatro apartados sobre el trabajo y como el rico señor Gelding, dueño de fábricas de tejido, explotador y tirano llega a conclusiones tan inverosímiles como asegurar que sus trabajadores solo trabajan medio día, porque solo los hace trabajar doce horas, eso es medio día, por lo cual no pueden ni deben quejarse. El autor deja traslucir sus lecturas de los libros sobre socialismo y tendencias izquierdistas.

La novela parece una amalgama de aquí y de allá, por un momento pensé en una versión sui generis de Anna Karenina, después parecía algún libro de contribución a la crítica de la economía política, después pensé en el realismo mágico latinoamericano al hablar de una ciudad que se mueve y cambia su configuración todos los días, luego me pareció que era un poco de todo y un mucho de nada. De cero a diez le daría un cinco quizá, me pareció una novela pretenciosa, la historia es pobre, común y trillada, plagada de personajes sin pulir.

Desfilan personajes estúpidos, que no agregan valor alguno a la simplona trama como Thomas, hermano de Lisa, ambos hijos de los posaderos Zeit, y cuya única razón de ser es anunciar que despacha flatulencias como loco, o el organillero que, siendo un personaje importante, jamás merece un nombre. Otro personaje sin sal ni pimienta es Álvaro de Urquijo, quien sirve de excusa para hablar de la invasión a España y discutir porque Napoleón decidió poner a su hermano a cargo, para hablar de la resistencia y demás.

De repente escatológico, el autor no cuaja bien la novela que además de pretenciosa, resulta pedante, chocante en sus intentos por parecer intelectual. Constantes disquisiciones sobre Schiller, Goethe, plagada de citas de poesía y frases en alemán, es una loa al escritor culto. Yo la llamaría una novela pretenciosa y hueca. No entiendo como pudo merecer un galardón tan prestigioso.

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